Después de algún tiempo la Sudamérica libre de presencia militar extraterritorial está llegando a su fin. El gobierno peruano, de Humala, autorizo la instalación de más de tres mil soldados norteamericanos en la selva amazónica, con la excusa de asesorar a militares de este país en tácticas de lucha contra la narco –insurgencia de “Sendero Luminoso”. Lo preocupante de esta situación es que Sendero, según especialistas, no cuenta en este momento con más de 500 hombres y su actividad parece estar reducida a la de una banda narco sin el mas minimo programa político : “Lo de Sendero parece una excusa. En su momento, Abimael Guzmán comandaba una guerrilla con dos mil combatientes y contaba con un programa de reivindicaciones políticas para alcanzar el poder. En la actualidad, su actual líder Quispe Palomino dirige una formación que no llega a los 500 milicianos y se desconoce cualquier posición programática de esa organización. Parece ser más un grupo narco que una nueva expresión insurgente. Repito, lo que está en juego con el nuevo ingreso de marines a la región no es el intento de derrotar a una dudosa facción rebelde, sino que expresa la ambición norteamericana de hacer pie sobre el Pacífico con un doble objetivo: recuperar posiciones de poder en subcontinente y reforzar su presencia militar en la zona del Asia-Pacífico, donde Washington concentra esfuerzos de todo tipo, comerciales y castrenses, para contener el avance de China, que es su principal rival a nivel internacional”, contextualiza Adriana Rossi, ex experta convocada por la Organización de Estados Americanos (OEA) para elaborar un nuevo paradigma antinarcótico.
El buen vínculo entre los ejércitos peruano y norteamericano durante la era Humala no es una novedad de último momento. Según el think tank norteamericano Marines Corps Times: “el Cuerpo de Marines ha estado ayudando en los últimos años a las fuerzas militares peruanas a combatir a los insurgentes y narcotraficantes. Tras una misión de instrucción que se prolongó seis semanas en Villa Rica, un distrito de la provincia central de Oxapampa, a finales de noviembre (del 2014) retornaba a Estados Unidos un equipo del Cuerpo Sur de los Marines de los Estados Unidos.”